Supervisión Técnica: Asegura el cumplimiento de estándares constructivos y normativos.
Supervisión Administrativa: Controla costos, tiempos y recursos utilizados en la obra.
Supervisión de Seguridad e Higiene: Verifica que se cumplan medidas de seguridad para evitar accidentes.
Supervisión de Calidad: Garantiza que los materiales y procesos constructivos cumplan con las especificaciones establecidas.
Gestión de Alcance: Definir objetivos y entregables del proyecto.
Gestión de Costos: Control y optimización del presupuesto.
Gestión de Tiempo: Planificación de cronogramas y seguimiento de avances.
Gestión de Riesgos: Identificación y mitigación de problemas potenciales.
Coordinación de Contratistas: Supervisión y gestión de los diferentes actores involucrados en la construcción.
Inspección Estructural: Verificación de cimentaciones, columnas, vigas y demás elementos estructurales.
Inspección de Acabados: Revisión de pisos, muros, techos, instalaciones y detalles finales.
Inspección de Instalaciones: Evaluación de sistemas eléctricos, hidráulicos, sanitarios y de climatización.
Inspección de Seguridad: Cumplimiento de normas de seguridad y prevención de riesgos laborales.
Inspección Normativa: Asegurar el cumplimiento de regulaciones municipales y códigos de construcción.
Un proyecto bien ejecutado no solo depende de una buena planificación, sino también de una correcta supervisión y gestión. Contar con profesionales capacitados en cada etapa del proceso garantiza calidad, eficiencia y cumplimiento de normativas, asegurando que la inversión del cliente se traduzca en un resultado exitoso y duradero.
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